Estructura interna de la Tierra
La
estructura de las capas que forman la Tierra se puede analizar desde dos puntos
de vista diferentes: según su composición
química o según sus propiedades
físicas.
Tanto
el criterio químico como el físico coinciden en ubicar el núcleo en el centro
de la Tierra.
Estructura
interna de la Tierra según su composición química:
ü CORTEZA: capa
más externa de la Tierra. Su grosor
respecto del resto del planeta es comparable al de la cascara de una manzana
respecto del futro. En la corteza se
encuentran, además de oxigeno y silicio, metales livianos, como aluminio,
sodio, potasio y calcio, que la hacen una capa
liviana y poco densa.
ü MANTO:
capa ancha de rocas densas y pesadas. Se extiende hasta los 2.900 km de
profundidad. Puede ser dividido en dos
grandes partes: el manto inferior –
más denso, por la presencia de hierro y magnesio – y el manto superior – menos denso, por tener menores porcentajes de esos
elementos –. El mayor peso del manto,
comparado con el de la corteza, se debe a que además del silicio y oxigeno,
cuenta con grandes cantidades de hierro y magnesio.
ü NUCLEO:
centro de la Tierra, mucho más denso
aun que el manto y la corteza, porque está compuesto por hierro y níquel. En el núcleo
externo abundan hierro y níquel, y en el núcleo interno, solo hierro.
Estructura
interna de la Tierra según sus propiedades físicas:
ü LITOSFERA:
capa más externa, de roca rígida y quebradiza, que abarca tanto la corteza como
la parte más externa del manto.
ü ASTENOSFERA:
capa blanda, de roca semifundida a causa de las altas temperaturas (alrededor
de 1.400 °C), mucho mayores que la litosfera.
Podríamos imaginarla como una especie de maleza sobre la cual flotan y
se desplazan lentamente los fragmentos de litosfera, fría, rígida y quebradiza.
ü MESOSFERA:
capa de consistencia algo más rígida que la astenofera.
ü NUCLEO:
tiene las mismas características que las señaladas respecto de la composición
química.
El
desplazamiento de la litosfera sobre la astenosfera es un fenómeno de
importancia para comprender muchísimos procesos que afectan a nuestro planeta,
como el movimiento de los continentes, la producción de sismos, la formación de
volcanes y de las cadenas montañosas y la creación de una litosfera oceánica
nueva.
Variación
de la velocidad de las ondas P y S con la profundidad
En
la astenofesra hay una zona en que las ondas sísmicas P y S tienen baja velocidad,
cerca de la superficie. Esta velocidad aumenta progresivamente hasta una
profundidad que puede variar entre 15 y 80 km, donde se registra un incremento
brusco. Esta discontinuidad, denominada
MOHOROVICIC, o simplemente MOHO, marca el
límite ente la corteza y el manto superior.
A unos 2.900 km de profundidad, las ondas S desaparecen y la velocidad
de las ondas P disminuye bruscamente.
Esta otra discontinuidad, la de GUTENBERG, marca el límite entre el manto inferior y el núcleo externo. A partir de este punto se observa,
nuevamente, un incremento progresivo de la velocidad de las ondas P, hasta
alcanzar los 5.000 km de profundidad, donde también reaparecen las ondas S.
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